El eco de una tarde
Allá lejos,
donde la memoria se curva,
me devuelve un instante.
Soy niña —
Recuerdo aves volando bajito,
rozando el espejo verde del agua.
Plumas blancas caían
como si el cielo soltaba suspiros.
Las hojas, en tonos de fuego,
flotaban sin apuro.
Hacía frío.
Era una tarde como esta.
Y yo, caminaba
de la mano de mi abuelo,
como si el mundo,
por un momento,
fuera simple.