Mientras tanto

La jornada ha sido larga:

suspiro al ver mi destino.

El calor acaricia mi cara,

y un olor dulce a naranjas

se confabula con

las paredes celeste

para recordarme:

estás aquí.

El corazón se acelera

sin que nadie lo llame.

Camino despacio,

aunque la prisa me tire del alma.

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